Mi reflexión sobre los atentados en Cataluña

El pasado 17/08/2017 tuvo lugar en Barcelona el terrible atentado, que fue seguido horas después del atentado de Cambrils, por supuesto, desde aquí quisiera condenar ambos atentados, es totalmente increíble que algunos fanáticos (ya sea por tema religiosos, político o, directamente, porque son unos seres que carecen de un cerebro que les permita hacer uso de su raciocinio) puedan llegar a actos tan despreciables. 

Antes de comenzar con mi reflexión sobre los acontecimientos, quisiera dar mis condolencias por los fallecidos a todos sus familiares, y todo mi apoyo a los heridos de los atentados y sus familiares, así como a todos aquellos que estaban por las Ramblas o por el paseo de Cambrils en el momento de los atentados, y que, aunque hayan salido "ilesos", también se vieron afectados por el ataque y que, aunque no sea físicamente, también son víctimas de este vil acto.

También quiero dar mi apoyo a todos los que se vieron afectados indirectamente por el atentado; las amistades de las víctimas o sus conocidos, así como a toda Barcelona y Cambrils y a todos aquellos que sintieron repulsa hacía tan atroz atentado, pero que lo hicieron sin fomentar el odio ni la discriminación.

Un atentado, que recordemos, que podría haber sido peor si el azar o la inexperiencia de los perpetradores no hubiera hecho (supuestamente) que sus planes originales se hubieran hecho añicos junto al chalet que explotó en Alcanar; precisamente a quince o veinte minutos en coche de la ciudad en la que vivo.

Ojo, con lo de "atentado que podría haber sido peor" no intento minimizar la herida social que dicho acto ha provocado, ni mucho menos comparar con otros sitios en los que hubieron más víctimas en atentados similares en plan "hemos tenido suerte", no por supuesto que no, haya la cantidad que haya, las víctimas son igual de importantes sean las que sean, pues lo que da relevancia a sucesos tan abyectos, no es el número de víctimas, sino el hecho en sí.

No voy a describir los sucesos ocurridos, ni la cronología de éstos, que en principio es sobradamente sabida por todos a través de los diferentes medios de comunicación, en primer lugar porque hay todavía hechos no contrastados en los que ni siquiera los medios "serios" de información se ponen de acuerdo a la hora de hacerlos públicos, por lo que podría caer en la trampa sugestiva de poner aquí datos erróneos; y en segundo lugar, porque esta es una mera opinión personal sobre los ataques terroristas sufridos el pasado jueves.

Sé que quizá algunos piensen que esta opinión la escribo tarde, pues ya han pasado dos días, pero lo que he estado leyendo estos días en las redes sociales sobre el atentado de Barcelona, ha hecho que prefiriese dejar pasar unos días antes de escribir mi opinión sobre ello, y no entrar en caliente al trapo del odio del tipo que sea, incluso del odio hacia el odio generalizado en torno a estereotipos erróneos, puesto que esto simplemente les da de forma colateral la victoria a los terroristas a nivel colectivo, al menos psicológicamente hablando. En estos días he visto 4 tipos de comentarios diferentes:

1.- Los solidarios: que por suerte han sido la mayoría, y que por supuesto me sumo a ellos (no confundir con la falsa solidaridad de la que hablaré más abajo). Los que no dudan en ponerse al lado de las víctimas, incluso en ofrecer su ayuda los que son de la misma ciudad. Los que saben que no se puede generalizar a todo musulmán por unos cuantos radicales yihadistas y que no caen en, como he dicho anteriormente, el odio hacia estereotipos por motivos de raza, etnia o religión.

2.- Los incitadores al odio (o falsos solidarios): aquellos que supuestamente se muestran solidarios pero que salvo decir que hubo un ataque terrorista en Barcelona, lo único que hacen es incitar al odio con fotografías en las redes sociales. Quizá algunos, estoy convencido de ello, impulsados de forma natural por el rencor, la rabia y el dolor, motivos que se pueden entender en momentos como este; sin embargo, también los hay que lo hacen solo por fomentar el odio indiferentemente del motivo:

Algunos lo hacen con panfletos xenófobos, como el de una bota militar (la típica bota que llevaban los skinheads) aplastando una media luna con un texto antislamico.

Otros que comunican datos falsos sobre las ayudas que perciben los musulmanes de parte del estado.

Y otros directamente dicen que los musulmanes deben ser exterminados con "alegatos" que hacen que los discursos cargados de odio que proclamaba el propio Hitler parezcan meras rabietas infantiles.

3 y 4.- Los que se alegran: Pues sí, hay desalmados que se alegran y no hablo de radicales yihadistas, sino de ciudadanos de este país de toda la vida que politizan radicalmente todo lo que ocurre en pro de sus propios ideales, importándoles muy poco si hay víctimas, y de estos hay dos tipos

3.- Los Españoles radicales que se alegran de que haya ocurrido en Cataluña, Como he dicho no se trata de musulmanes, sino de españoles radicales (una minoría, todo hay que decirlo) que se alegran de que esto haya ocurrido en Cataluña, alegando que todo es culpa del proceso separatista e incluso haciendo chistes de ello.

4.- Los Catalanes radicales que le echan la culpa al Gobierno de España: Ahí es donde más despropósito hay, si no puedo entender a los pocos españoles que se alegran de que haya ocurrido en Cataluña mucho menos puedo entender a los independentistas radicales (repito, radicales o sea cuatro gatos) que se alegran también de que haya ocurrido en Cataluña para poder cargar contra el gobierno de España; puede que hasta cierto grado sea cierto que no se ha previsto que pudiera ocurrir o no se han tomado las medidas oportunas para que no ocurriera, pero de ahí a achacar toda la culpa al gobierno de España, incluso que la culpa es de Ada Colau, simplemente porque últimamente no se muestra como simpatizante de la independencia, o a decir incluso alguno en las redes sociales que se trata de una conspiración del gobierno para desestabilizar el proceso independentista... tela, mucha tela...

Luego están los que mezclan la incitación al odio con alegrarse de que haya ocurrido en Catalunya ya sea por estar a favor o en contra del independentismo.


He tenido que leer verdaderos despropósitos por las redes sociales en estos dos días, de lo cual saco tres conclusiones:

Por desgracia, hay gente que aprovecha estos actos para hacer apología del odio y lo único que consiguen con ello como he dicho casi al principio es alimentar el radicalismo tanto de una parte como de la otra. Lo que hacen además de alimentar el odio de la gente hacía los musulmanes (generalizando), es fomentar el discurso de los terroristas para radicalizar a muchos musulmanes con la excusa de que occidente les odia.

Es despreciable que alguien porque se sienta más español o más catalán utilice un atentado terrorista para intentar victimizar sus ideologías políticas y así poder atacar a quienes deben ser sus aliados en estos momentos de desdicha; excluyendo, de este modo, del verdadero e importante asunto incluso a las verdaderas víctimas o a los verdaderos culpables del atentado.

Pero por suerte, los anteriores son una minoría y hay mucha gente (la mayoría) que ante estos atentados muestra su lado más humano, más solidario, su mejor parte; que se manifiesta a favor de la libertad, la democracia y contra todos los actos depravados que cometen los terroristas en nombre de quien sea, sin fomentar el odio ni la discriminación, y gritándoles a pleno pulmón:

#NoTincPor

Espero que esta sea mi última palabra sobre este tema, pues eso significaría que no hay más atentados, ni más odio, pero por desgracia no creo que sea así, ojalá me equivoque...

Lápiz en mano

No sé bien cómo, ni por qué, ni cuándo, ni dónde, ni... lo que se le ocurra a mi mente preguntar en busca de respuestas inexistentes. Pero hoy me doy cuenta de todo, mejor dicho de "mi nada". Y es que hoy vuelvo a tener en mi mano, con una recién afilada punta, el lápiz que escribe mi vida. Hoy vuelvo a escribir yo mismo los sucesos que depara el camino que tomó, tras varios años de estática indiferencia ante las casualidades de la vida.

Ya se secó la tinta en el bolígrafo "Bic" de quien pretendía escribir mi destino, intentando encauzarme por caminos pedregosos de los que era difícil alejarse.  A pesar de procurar dibujar un sendero que me llevase a un apacible trayecto, la desdicha siempre hacía que se desgastase la mina del lápiz antes de terminar de trazar su trayectoria, volviendo al pedregoso recorrido. 

Cuatro años de trazos sin terminar que emborronan el papel de mi fatalidad, pero ya ha llegado la hora de arrugar aquella hoja maltrecha en una bola de papel y lanzarla con decisión a la papelera de la adversidad. A partir de hoy comienzo a reescribir mi nueva ventura, el azar que yo deseo encontrar en una nueva página en blanco, sin tachones ni marcas de borrado; y no el que me quiera deparar no sé ni quién con ganas de maltranscribir mi infortunio con mala letra y faltas de ortografía.

Tomo de nuevo la redacción de mi vida, que no es gramaticalmente perfecta, con una caligrafía posiblemente deficiente, en la que puede que me deje algún signo de puntuación, pero en la que, de momento, hoy por hoy, no hay intención de colocar ningún punto final.